Como todo primer lunes de cada mes, en el club Unión está la peña, abierta a todos los que alguna vez fueron dirigentes o jugadores. Y por supuesto –entonces- no pueden faltar Carlos Paklayan y Armando Calomeni, dos glorias del basquetbol del “Celeste”. Antes de iniciar la última reunión mensual, charlamos un rato de este deporte que nos apasiona.
¿Cuando empezaron a jugar al básquet?
Los dos empezamos en el mismo año. Fue en el 1951 en el viejo quincho del club Unión.
¿Cuales son las diferencias más notorias en comparación con esta época?
C: Todo era muy diferente. La “llave” era una “llave”, el tablero no estaba dentro de la cancha sino al borde de la línea final. Se jugaba con otro reglamento: sin 24 segundos de posesión y en dos tiempos, no cuatro como ahora. No había posiciones fijas dentro de la cancha.
¿Como era el club por ese entonces?
P-C: En el momento que nosotros comenzamos a jugar, Unión era un club prácticamente de fútbol. Pero esos mismos jugadores comenzaron también a practicar básquet. Por ejemplo, Lucifora, Laudani y Saba hacían ambos deportes. A ellos nos unimos nosotros dos, el Potrillo Duhalde, Prieto, el Jeringa Supervielle, Offidani y Jorge Giaccaglia y logramos el primer titulo de primera de Unión, que fue en el año 1957.
¿En que posición jugaban?
P: Yo jugaba de pilar, lo que hoy sería un ayuda-base o alero. Pero en realidad se jugaba en cualquier puesto, no había una posición definida. Imagínate que el más alto en cualquier equipo, medía 1.90 como máximo.
¿Quien fue el mejor jugador que te toco enfrentar?
P: Yo no era un gran defensor, no era mi característica. A nivel de la ciudad, había grandes jugadores: en Peñarol en esa época estaba el “Negro” Urciuoli, en Quilmes Zabala, Mutti, Galasse. Fue cuando el básquetbol empezó a surgir en la ciudad. Quilmes al principio fue el que mejores jugadores tenía. Luego lo fuimos emparejando y surgió una rivalidad deportiva y barrial.
Integraron grandes equipos tanto en la ciudad como en la provincia. ¿Cual es el que más recuerdan?
P-C: En el año 1959 integramos la Selección Marplatense y jugamos un zonal en Bahía Blanca que ganamos invictos. Eso nos dio la posibilidad de jugar el Provincial y la verdad es que en ese torneo no nos fue bien.
¿Por qué?
P: No hubo buena predisposición de parte de los dirigentes. No había organización, no se le daba prioridad al Seleccionado y eso hizo que nos sintiéramos relegados. Fue tal, que recién nos juntamos una semana antes de jugar ese torneo y así nos fue: mal.
C: Nunca tuvimos buenos dirigentes. Me refiero a darle importancia a los seleccionados. A uno de los pocos dirigentes que rescato es a Ochoa.-
¿Jugaste solamente en Unión?
P: Oficialmente solamente en Unión. Un año pasé a Atlético Mar del Plata pero no llegué a jugar. Y jugué un partido de refuerzo para Quilmes. Fue contra San Lorenzo.
Jugaste en el mítico Luna Park, ¿cómo fue esa experiencia?
P: Fue un partido preliminar con el Seleccionado Marplatense. Nos invitaron a jugar porque en ese momento en Buenos Aires había una Federación y una Asociación. Luego se enfrentaban los campeones de cada torneo. El Luna en esa época era el estadio más grande y además esa noche estaba lleno. Fue una experiencia bárbara.
¿Como ven el básquet actual?
P: Básquetbol local veo muy poco. De Liga Nacional veo y me gusta. Se juega a otro ritmo, hoy nosotros no podríamos jugar nunca.
C: Imagínate que el promedio de tantos en nuestra época era de 60 puntos como máximo, es totalmente distinto. Físicamente y atléticamente.
P: Antes prácticamente no existían los entrenadores. Por ejemplo, Cuellar, nuestro entrenador empezó con nosotros.
C: A nosotros Cuellar, nos enseño lo básico. Luego nosotros nos encargábamos de agregarle cosas a nuestro juego. Si bien no era fácil porque no se transmitían los partidos como ahora, pero intentábamos copiar de los jugadores que enfrentábamos o de algún video que se conseguía muy esporádicamente.
¿Que es Unión en sus vidas?
P: Unión es una parte muy grande de mi vida. Además de ser jugador fui dirigente, estuve en la Comisión Directiva. Luché mucho por el club. Era otra época, entre unos pocos juntábamos la plata para pagar la luz.
C: Recuerdo que nos comprábamos nosotros mismo la ropa. Hacíamos fiestas para juntar plata. Todo era a pulmón.
Podríamos haber seguido horas charlando de nuestra pasión por el básquet y por el club. Pero llegó el momento de retirarnos. Carlos Paklayan y Armando Calomeni se unen a otros y entre bocado y bocado, trago y trago, siguen contando anécdotas que –estoy seguro- serán imborrables y forman parte de la historia del club.
Charlamos nada más y nada menos que con dos de los primeros campeones de basquetbol del club. Cincuenta y siete años después…