Ante Defensores, en la noche del sábado, el celeste hizo todo, menos el gol. Desde el inicio del partido fue dominador y redondeó un primer tiempo de alto vuelo, en el que solo le faltó trasladar la supremacía de campo, presión y pelota con una conquista en la red adversaria.

Joel Amoroso con su calidad intacta fue el mejor de la cancha y en más de una ocasión tuvo la chance de abrir el marcador. A Unión le faltó la última estocada, aún cuando el protagonista era el goleador Wilson Albarracín. Hasta el palo izquierdo del golero Herrera se transformó en el «enemigo» del equipo marplatense en ese período.

En el complemento el partido fue diferente, porque Unión entró en la desesperación cuando se daba cuanta que pasaba el tiempo y la supremacìa no la podìa ejercer con goles. Entonces Defensores hizo su juego. SE adelantó en cancha y llevó peligro al arco de Pedroso quien en la chance más clara de la visita debió apelar sus reflejos para evitar el gol en un cabezazo frontal de Mignaco.

Antes y después más de lo mismo. Unión con ganas y menos ideas y la visita replegado a alguna contra. En una de ellas, el golero celeste debió jugársela abajo ante las arremetidas de los atacantes de Villa Ramallo.

El empate dejó un sabor extraño en cada jugador de Unión, sobre todo por el rendimiento mostrado en elprimer tramo del partido en el que debió haber sacado una ventaja tranquilizadora que, al no llegar, terminó complicando el camino en el complemento con las llegadas –en réplicas– de la visita.

Así y todo, el celeste se mantiene lìder, invicto y con 10 puntos en 12 posibles, con un equipo que ha mostrado sus condiciones futbolísticas pero también físicas, con un ritmo de juego con y sin pelota pocas veces visto en esta divisional

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